9 de agosto de 2008

Cuando una YBR entra en tu vida

Ya con la primavera en auge, mitad de Noviembre en el pueblo,el calor comenzaba a aparecer de a poco.Allí me encontraba yo, sentada en aquella vereda de la calle Perú y el sol que me daba prácticamente en los ojos.Adoro cuando el sol me da en los ojos, es una de las cosas que más me gustan.Porque pareciera que resalta toda esa vida que tenés dentro.Entré a la casa de mi amiga, y sugerí que tomaramos algo frío (por el calor que estaba haciendo). Y preparamos tereré.Entre ese mate frío y alguna conversación que se había iniciado entre nosotras, sonó inesperadamente el teléfono.Y Obviamente era él.Preguntandome como estaba, que estaba haciendo.En pocas palabras respondí que me encontraba haciendo prácticamente nada,solamente relajandome con un día muy bonito.Él, contestó a eso que había vendido el auto.Ahora bien, genial no me di cuenta igual que él quería contarme lo feliz que era por haberse desecho de aquel vehículo,medio volcado, pero para pasar a la próxima etapa (y acá temblamos todos, hasta yo inclusive): a la preciada moto.Con pocas esperanzas le dije que me gustaría dar la última vuelta en el 147, algo que sólo quedó en mi recuerdo, porque ya lo había entregado al auto.Y no se había comprado cualquier motito de por ahi. Sino que se había comprado la moto del novio de mi amiga.Sí, esa que ahora estaba sentada al lado mío.Recuerdo que tenía un nombre la moto.Ellos solían bautizar tales vehículos como sus hijos (por todo el amor que les proporcionaban las dos ruedas). Y me hablaban de las dos ruedas como si fuera un dios a alabar y a mi lo único que se me venía a la mente con dos ruedas ,eran las rueditas de apoyo de la bici, esas que te ponen cuando sos chico y no podés hacer equilibrio y todos te miran felices y contentos como andás en bici cuando mientras tanto, es una farsante manera de andar en bicicleta,un engaño.Y ni hablar del tema: Moto.Digo la palabra y aún me da miedo.La única moto por excelencia que conocí hasta aquella tarde era la Zanella 50.Esa tarde, sentadas en esa cocina y minutos despúes de haber recibido la noticia, una frase , que acontecía a un adelanto de los hechos por excelencia y porque tengo la experiencia necesaria para comentarlo."Acá se acaba la relación" dije en vos alta.Mi amiga comenzó a reir y me fue preparando un poco "psicologicamente" hablando para como debía yo aceptar la llegada de un nuevo bebé.Pero por dios, hablamos de un fierro con dos ruedas que tiene una calcomanía y eso le da indicios de poseer el nombre que le tocó , osea YBR.En castellano sería asi: Yamaha YBR (BR=Brasil) 125cc.O mas o menos,tampoco pidan tanto.Despúes de aquel día, mi predicción al mejor estilo Horangel había resultado al pie de la letra.Era viernes y todavía no recibía ningun mensaje.Y así pasó el sábado y el domingo.Bueno, pensé, necesita estrenar mucho su chiche nuevo y eso está bien.Continué con dicha frase alrededor de 30 días.Había desaparecido durante un mes y no había dejado rastros o migas de pan para que yo lo encontrara.Ahora bien, al transcurso de como pasaban los días, las charlas se transformaron en patéticas discusiones con sus amigos sobre cilindradas (en donde yo permanecía callada y rígida con un par de zapatos de diseñador).Y de repente, de la NADA, me encontraba todas las tardes en lo de mi amiga tratando de llegar al fondo de ese bendito vehículo del que no entendia una simple palabra.Solamente el nombre.Esto es de película, pero parecer una mujer culta, comencé a aprender y a frecuentar los distintos estilos y diversos conjuntos para motos.Con la ayuda de una experta en el tema, como mi amiga, tenía que empezar a diferenciar pronto y decir los nombres.Estuve alrededor de un mes y medio para entender que un CG, no era un YBR.Y más me costó entender que la Storm era una copia o algo parecido a un CG, pero más barato (realmente no me acuerdo más nada).Yo sólo rezaba porque en ese momento la moto sufriera un accidente y él tuviera que milagrosamente volver, a comprar el 147, o algún otro auto.Ya hasta un fiat 600 me hacía sacar mi mejor sonrisa.Mi vida estaba girando al rededor de Valentín (el nombre de pila de la moto) Hasta tiene nombre más lindo que el mio,pensé.Ya no había vuelta atrás: La YBR había invadido el terreno.Y ahora una tranquila piensa: cuánto me va a ganar una moto, o un auto a la hora del sexo?. Bueno señoritas, te gana.No me preguntes como.Pero a la hora de elegir entre (vamos a usar un término groserito) ponertela o lavar la moto, se va a dejar la motito reluciente para el viaje-paseo por carretera hasta vaya uno a saber donde, haciendote quedar el culo completamente cuadrado, pero con solo ver como el velocímetro sube a mil por hora, el tiene hasta una erección, que con vos no tiene.Hermoso el problemita ahora.Ya saben que yo analizo desde la primer mirada hacia el costado, hasta la forma en la que maneja, cuando está distraido.Y esto era completamente algo que nunca había analizado.Así el cambió nuestras salidas de fines de semana por encuentros moteritos con una gran muchachada, y se juntaba con casi todos mis conocidos lo Domingos a la tarde.Y yo? dónde estaba se preguntarán todos ustedes.Bueno, les cuento: en CASA! y no sólo en casa, sino que en CASA en la cocina, sentada, sin televisión, y sin sacarle de vista al reloj que ya de escuchar el bendito segundero creo que agarraba un cuchillo de cocina (el más grande) para clavarlo directo en la yugular.Miraba hacia un lado, miraba hacia el otro.Lo más interesante en esta parte, era que todos me conocían ahí!.No todos, a ver.. Físicamente me conocían dos chicas y dos chicos, pero los demás eran simples extraños para mi.Extraños, pero me conocían!.Todos los fines de semana bromeaban con él sobre mi, cargandolo acerca de mi, para sacarle un minimo de rubor a aquellas mejillas que habían sido solo ruborizadas cuando alguna maestra mañosa lo había regañado en 5to grado.Eso me producía aún más ganas de matarme, y matarlo (a él primero, siempre).Fue uno de esos vagabundos y linyereanos Domingos en donde,sumergida en mi aburrimiento, me puse un objetivo. Me inventé una ilusión.Hacer que el me invitara a alguno de esos Domingos que sonaban tan divertidos de bocas de otros, pero que él no hacía ni un minimo de mención (o al menos, a algún lugar con decencia propiamente dicha, me había hartado de terminar en villa cariño).Ya Diciembre fue un mes en el que si nos vimos una sola vez, o dos horas, es demasiado.Con el calorcito del veranito, haciendo sus primeras apariciones los días eran excelentes... claro está para andar en moto.Yo pasaba las mañanas de shopping (Tenía que relajarme alguna vez) hablando con las vendedoras y gastando locuras de una práctica sentada.Pero ni en el más famoso ritual femenino por excelencia la bendita YBR me dejaba tranquila.Quería cruzar pleno centro, semáforo en rojo, YBR me para adelante.Caminaba hacia algún local barato, YBR parada al lado del local.La ciudad se estaba volviendo loca! Estaba pasada al lado oscuro!.O era una linda jugarreta del Barba,o no quería que me olvidase de que él tenía una YBR y que eso estaba desplazandome muy de a poco.

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